ven y toca mi puerta

tiempo de vagar

divendres, 16 d’abril del 2010

Una maleta vacía I

Y finalmente él tenía todas las armas para empujarme al abismo y correr,sin embargo confié fielmente en que no lo haría...no,no lo haría.
¿Para qué?.Verme sufrir,viendo sus ojos inyectados en odio suplicando que me rescate de un dolor provocado por sus manos.Era innecesario.
Siempre lo creí,y lo sigo creyendo.
Todavía aún lo veo pasar por la puerta de aquel bar donde solíamos planear los recorridos de cada salida.
Todo comenzaba en una esquina,cualquier.No importaba el lugar,ni lahora,pero si importaba una cosa:ambos debíamos encontrarnos en una esquina cualquiera de la ciudad,sin previo aviso.
No sabía la hora,ni el lugar,ni el momento,ni el porque.
Miles,millones de esquinas para elegir y el destino tenía que unirnos en una sola.
Infinitas convinaciones podían hacer separarnos para toda la vida,o unirnos para siempre.
Nunca nos pasamos nuestros datos personales,no lo creíamos necesario.Asi es que siempre vivíamos al filo del umbral.En el borde de la adrenalina y el desgaste.
Cada hora que pasaba me podía estar esperando en una esquina,o no y yo sin embargo,no lo sabría.
¿Por qué se nos había ocurrido eso?Jamás lo voy a saber.Pero cada segundo era nuestro,y jugabamos al desencuentro,al destino remoto.
Inexplicablemente adivinabamos las esquinas,los horarios y los pensamientos del otro.Hasta supo descubrirme cuando quise hacer un circuito de diferentes esquinas,para ver a cual iba.No sé como hizo,pero paso por todas y cada una de las que había elegido.
Era la persona indicada que me podía hacer ver el mundo con mis ojos.Con esos ojos con los que jamás,nunca podía ver.
Me llevaba y me traía a donde quería,y hacía de mi lo que quería,aunque yo también con su persona.
Fue una relación de destino y prohibición.No puedo saberlo,pero vivíamos ocultandonos hasta de nuestra propia sombra.Y a pesar de que en el momento me gustaba(y bastante),no puedo negar que MORÍA de ganas de contarle a alguien que cada día tenía que correr hacía una esquina entre milllones de la Ciudad y buscarlo,para desmotrarle que en ese momento y en cualquier otro estaba ahí con él.
No necesitabamos los nombres,ni las edades.
Diran ustedes,que clase de relación teníamos.Ni siquiera yo puedo contestar esta pregunta,porque no hay clasificación alguna para dicha situación.
CADA día sentía que lo conocía más,sin embargo no sabía absolutamente nada de él.¿O si?
Unos pocos datos falsos quizas me hubiesen ayudado a descubrir quien era.Lastima,que hubiese sido bueno enterarme a tiempo,y no ahora que tengo que contar la historia en tiempos pasados.
Pensar que lo veo,pensar que no me recuerda.Pensar que las esquinas ya no significan nada,y pensar que nunca supe quien era yo cuando estaba con él.
Lastima,jamas,nunca,siempre,toda la vida...palabras,frases que se repiten como puntos y comas en mi cabeza, y en esta historia,que al fin al cabo todavía no me digné a iniciar a relatar.