Que impotencia, que descaro se tiene cuando se supera, bah... cuando se cree que se supera, y sin embargo ahí está acechando detrás de la puerta. Como siempre estuvo y va a estar.
Soy feliz no lo dudo, sin embargo recordar, y revivir me hacen sentir tan poca cosa, tan débil de no poder controlar OTRA VEZ las cuerdas que me indican hacia donde ir. Porque soy yo, siempre soy yo.
Tal vez mi cabeza, tal vez mi sangre, tal vez sólo se una idea vagando en el aire, pero que no duda en meterse dentro mío y hacerme sentir el frío de nuevo.
Como si no hubiese sido suficiente, nunca. Como si me lo mereciera, tal vez si.
La desconcentración, el desgano, la alteración, los nervios, el miedo y el miedo distinto, ese que me daba.... ESE miedo. Un miedo vomitivo, un miedo desagrable que me daban más ganas de tener miedo y se transformaba en un círculo que jamás se terminaba de cerrar.
NO era otra persona, era yo. Siempre fui yo. Sin embargo ahora estoy.. no sé, ¿Quejándome? de mis planteos poco cuerdos, de mis ganas de estar y de NO estar.
Me quejo de mis decisiones, pero las festejo.
Soy una y otra vez la misma humana que se equivoca. Siempre, nunca y jamás.
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